Cuando los hombres y mujeres del mundo de la comunicación escuchamos “video viral”, en nuestro imaginario se representa el Shangri-La a conseguir, el trofeo a lograr, cual Oscar que nos gustaría exhibir en la repisa de la chimenea. ¿Quién no quiere tener en su haber un video viral dentro de su campaña de comunicación? ¿Quién no quiere presumir de la repercusión social lograda para su “noticia, “marca” o “evento” gracias a un video viral?
Aunque hoy por hoy más que conseguir un video viral fruto de una estrategia bien perfilada y determinada, en la que se domina todos los engranajes y sistemas para lograrlo, sucede más por una conjunción de factores, en los que se haya el empeño y la profesionalidad, sin duda, pero también el prueba y error. Pero tampoco vamos a flagelarnos, estamos en fase de aprendizaje, y lo mismo le ocurriría a Edward Louis Bernays cuando empezó a desarrollar las relaciones públicas en el Nueva York de los años veinte.
Pero volviendo a nuestro tema, y según nuestra querida wikipedia, un video viral es una grabación que ha sido ampliamente difundido a través de Internet: “los videos virales suelen ser de carácter humorístico, y pueden proceder de programas televisados o de videos amateur subidos sin dicha intención”. Y es ahí, en esa realidad de Internet –y más concretamente Youtube – de nutrirse de los medios tradicionales donde los especialistas de comunicación y publicidad están experimentando y jugando.
Recientemente, nosotros desde Cícero, hemos vivido el caso de la campaña “No pongas excusas”, dirigida a los hombres con problemas de salud sexual, especialmente con disfunción eréctil. No nos vamos a colocar el Oscar ya en nuestra repisa, no lo vamos a hacer. Pero sí hemos logrado el paso de que la campaña saltara a los programas de humor y parodias, como “Sé lo que hiciste” de la Sexta o el programa APM, y de ahí a Youtube fue un paso. Quizás alguno dirá que el tema del sexo es un buen recurso para el humor… pero nosotros estamos trabajando, intentándolo y aprendiendo.
Laura Mayoral
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Muy interesante su post. Sólo dos comentarios. Usted dice que “hemos logrado que la campaña diera el salto a los programas de humor y parodias”. ¿tendría inconveniente en decirme qué han hecho, de forma proactiva y estratégica, para conseguir ese logro?. Por otra parte, me gustaría compartir con usted mi inquietud, al hilo de una de sus reflexiones, de que parece que la viralidad de uno o varios mensajes tiene que estar cimentada en el sentido del humor -en el mejor de los casos- cuando no en la chabacanería y lo grotesco. ¿Piensa usted que las plataformas audiovisuales pueden ser un canal realmente eficaz para la divulgación y la conversación seria y rigurosa sobre temas que vayan más allá del fútbol, el sexo, la vida de los famosos o las frikadas de las desubicadas tribus de adolescentes?
Gracias y enhorabuena.
Sinceramente, creo que las plataformas audiovisuales sí pueden ir más allá, de hecho no se deben conformar o no debemos conformarnos con ser refugio de lo zafio. El sexo es de hecho un recurso fácil y bastante recurrido. Pero todos tenemos en mente, programas de televisión que han tratado temas de sexo de una manera rigurosa, pero sin ser sesudos y con un tono distendido, que han tenido éxito. Y creo que esa es la línea a seguir, y por lo que nosotros hemos intentando guiarnos: tratar el sexo desde un punto de vista médico y sociológico serio, pero desmitificándolo y tratando de darle la normalidad en nuestras vidas y en nuestras conductas que se requiere. El sexo ni es tabú ni es zafio per se.