Hace tiempo que en la red social Twitter se ha convertido en costumbre tomar una frase desafortunada de un personaje público para hacer humor al respecto. Desde chistes fáciles, a ocurrencias realmente ingeniosas. El objeto de las bromas ni siquiera tiene por qué ser usuario de la red social, basta con que cometa un error y que éste sea público. En ocasiones sólo es necesario que un acontecimiento levante cierta polémica para convertirse en trending topic. Su relevancia en la red puede verse catapultada en cuestión de minutos por los comentarios que surgen a su alrededor. Y sino, que se lo digan a los creadores del logo de la candidatura de Madrid para las Olimpiadas de 2020.

Twitter y sus efectos colateralesDavid Bisbal (“Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta”), Nacho Vigalondo («Ahora que tengo más de cincuenta mil followers y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje!”), o Alejandro Sanz (que confundió a Marta del Castillo con la atleta Marta Domínguez)…  son algunos de los famosos que, muy a su pesar, se han visto parodiados durante días.  No hay tregua ni en situaciones trágicas como el naufragio del crucero Costa Concordia, en el que el capitán juró no haber abandonado el barco sino haberse “caído” accidentalmente en un bote salvavidas.  Una vez trascendió la frase, les faltó tiempo a los internautas para ridiculizar la extravagante excusa del capitán.

Lo que ocurre hoy en Twitter es noticia. Y no sólo por los tuits de personajes conocidos de todos los ámbitos que lo emplean para generar información, sino por la repercusión que tienen sus palabras dentro de la propia red social. Eso es lo más curioso: lo que antes se quedaba en opiniones y ocurrencias entre amigos o compañeros de trabajo, ahora pasan a convertirse en noticia, como muestran los enlaces más abajo.

Twitter y sus efectos colateralesTwitter es hoy un gran escenario desde el que me da la impresión de que en ocasiones los actores no son conscientes de la cantidad de público que les escucha. Son sólo 140 caracteres, pero la fuente es directa y equivocarse en este medio se paga. ¿Es este el precio de una exposición pública en un medio tan inmediato y conciso como Twitter? ¿Puede una sola frase echar por tierra un trabajo de reputación labrado durante años? ¿Somos conscientes de la dimensión que Twitter puede hacer alcanzar a un hecho concreto?

http://www.as.com/mas-deporte/articulo/logo-madrid-2020-convierte-trendi…

http://www.lavanguardia.com/gente/20110201/54109141123/un-desafortunado-…

http://www.abc.es/20111025/medios-redes/abci-alejandro-sanz-marta-castil…

María Fábregas

Cicero