Veo en Acta Sanitaria y otros medios lo que entiendo que es un primer paso para, por un lado, legislar pensando en una ciudadanía que es mayor de edad y, por otro, trasmitir una declaración de confianza hacia algunas fuentes, principalmente la industria farmacéutica, cuyo papel a la hora de informar al paciente debería ser una cuestión nuclear en el ámbito de la comunicación sanitaria.
En líneas generales, el Parlamento Europeo, pensando más en el derecho de los pacientes a recibir información que en el de las fuentes a trasmitirla, se posiciona a favor de que la industria farmacéutica informe sobre sus medicamentos en aquellos casos en los que los pacientes soliciten dicha información. Matices, limitaciones, no es barra libre…pero los políticos hacen una sutil declaración de intenciones en favor de la confianza en que la industria puede y debe tener una relación con los pacientes en base a la responsabilidad y honestidad y no a criterios comerciales. ¿Se hará la industria merecedora de esta confianza?. Me gustaría pensar que sí. De hecho, para llegar a este punto viene durante muchos años ofreciendo más garantías que otras fuentes en materia de salud.
Uno de los argumentos que se han barajado en Bruselas es que ante la infoxicación que se encuentra en internet, la industria puede tener un papel importante para desactivarla, más que nada porque los laboratorios van a seguir estando muy controlados. Pero esto ha sido así toda la vida. Decir en una web que mediante la imposición de manos se puede curar el glaucoma por un módico precio, hasta el momento les ha salido gratis a los que lo han hecho; por el contrario, el control sobre las farmacéuticas, el autocontrol en muchos casos diría yo, ha llegado a imponer una especie de enfermiza ley del silencio.
Siempre he pensado en lo paradójico que es nuestro bendito sistema santario en el ámbito de la prescripción de medicamentos: quienes deciden (autoridades sanitarias) no tienen el conocimiento exhaustivo del medicamento; quienes tienen este conocimiento exhaustivo (investigadores y fabricantes) no pueden hablar; quienes tienen el conocimiento exhaustivo del paciente (los médicos) pueden ver cercenado en muchos casos su criterio a la hora de preescribir; y quienes deberían ser el centro de todo el sistema, (los pacientes) tienen importancia cero en la cadena de toma de decisiones. Curioso.
Red distribuida, compartir, colaborar, democracia informativa, espacios horizontales…no es lo que viene, es lo que es. En este contexto nadie puede quedarse fuera. A la industria le están abriendo la puerta, algo, no del todo, para que entre. Debe aprovechar la oportunidad para poder quedarse. Responsabilidad , honestidad, autenticidad y confianza como cimientos para construir su espacio en este nuevo entorno. Sé que ya hay mucha gente en ello. En ellos confío…
Esteban Bravo
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¿No te olvidas de ningún profesional experto en medicamentos?
Ese que sí que tiene un conocimiento exhaustivo, independiente, fiable y desinteresado.
Te daré pistas: los hay de atención primaria, que son los más desconocidos; los hay de hospitales, de salud pública, de oficina de farmacia… Los farmacéuticos.
La noticia sorprendente es que se defienda que la información vaya directamente al paciente desde los laboratorios, habiendo intermediarios más cercanos, supuestamente formados e imparciales con capacidad crítica y de decisión. ¿Será que no basta, o que no son tan cercanos? Le parecerá al paciente más veraz, con aspecto más técnico, más científico, la información que se lea desde la página del propio laboratorio? No defendería yo nunca menos información, pero habría que delimitar bien la información de la promoción. Por quitar miedos, quisiera decir que de todos modos y a menor escala, son los farmacéuticos comunitarios, los de oficina de farmacia, los que hacen esa labor desde siempre, no exentos de intereses crematísticos; si hasta ahora hemos confiado en que sabrían separar lo profesional de lo promocional, podremos pensar lo mismo de la industria.
Marlén, buena y coorporativa reflexión :). Por partes. A tu primera pregunta, clara y directa, sólo tengo una cosa que decir: touché. Totalmente de acuerdo en que el farmacéutico debe ser un eslabón indispensale en la cadena que representa el proceso de información al paciente. Que no lo hayas visto en la paradoja del sistema sanitario que he explicado en mi entrada sólo se debe a una cuestión muy humana que se llama lapsus.
En cuanto a las otras preguntas que te haces, la verdad es que no sé darte una respuesta y, sinceramente, no creo que sea una cuestión relevante. El planteamiento desde mi punto de vista no es el de identificar quién es la mejor o la fuente más indicada para informar al paciente. Mi planteamiento es el de que todos los agentes implicados en ese proceso informativo, bajo la imprescindible premisa de la responsabilidad, jueguen en las mismas condiciones. Hasta hoy, no es que la industria jugara en desventaja, es que no podía jugar. Parece que ahora las cosas pueden cambiar, y no me parece mal. Las fuentes informativas del sistema no deberían ser excluyentes, y sí complementarias. Médicos, farmacéuticos, profesionales sanitarios en general, autoridades… tienen un papel en el acto de informar a los pacientes a muy diferentes niveles. La industria, simplemente no estaba y, sinceramente, creo que también debe tener su espacio. Si lo hace bien, crecerá en reconocimiento, imagen y reputación, si no, será el propio sistema quien les lleve a la invisibilidad.
Esteban
Esteban, fue una “entrada al trapo” premeditada. No soy corporativa,( o cómo se diga) creo.
Más bien soy bastante crítica. Tienes razón, si los pacientes buscan otras fuentes de información será porque las que tienen no son suficientes o no son accesibles o comprensibles o atractivas. Están en su derecho de buscar y ojalá tengan garantía de obtener otras informaciones verdaderas.
He notado que por el hecho de ser empleada pública, desconfían que mi información esté dirigida exclusivamente por criterios económicos. Me gustaría que la pudieran contrastar fácilmente.
Intento recordar lo que nos dijiste en el curso. Será bueno, o será malo, pero ES. Es imparable, así que, recoloquémonos. Espero que tengas razón en cuanto a que se irá autorregulando según la calidad que se ofrezca. Quizá sea ya lo que esté ocurriendo.
Vuelvo a lo de Gervas, por ejemplo…¿ Cuál es el motivo de que circulen más sus consejos, que los más científicos? !Y si fuera por chiste!
Por cierto, me encanta esa palabra que has utilizado: OXÍMORON. Interesantísimo significado que tuve que consultar; aunque soy bastante maniática de mirar todas las palabras que desconozco. Nunca la había leído, y tuve que volver a buscarla en tu blog. (ya sabes, ser de ciencias…)
La vida misma “oximorónica”
Un abrazo