Todas las personas, empresas e instituciones que comunican vía responsable de prensa o gabinete lo hacen para salir en los medios; por lo general, para ocupar esos espacios -siempre limitados, incluso en el entorno online- en los que ofrecen noticias a sus lectores, oyentes o espectadores. Y ahí está la clave del asunto. Recurriendo a un silogismo:

Los medios publican/emiten noticias + tú quieres salir en los medios = proporciona noticias a los medios.

¿Qué es noticia?

Noticia es lo nuevo, entendiendo por tal lo que ayer no existía o no se conocía y es diferente a los que ya existe o se conoce.

Por ejemplo, en el ámbito de la salud, el lanzamiento de un fármaco (ayer no estaba disponible; hoy sí), que, a su vez, aporta algo novedoso (flexibilidad y más rapidez). Prueba a lanzar otro fármaco que aporte lo mismo y, sin desmerecer su valor terapéutico, lo tendrás muy difícil para salir en los medios.

Noticia es lo que está justificado comunicar hoy.

Es frecuente que las agencias de Comunicación recibamos peticiones de nuestros clientes del tipo “¿Por qué no hablamos a los medios de (y aquí rellene cada uno lo que se le ocurra: los beneficios de las nueces para el organismo, la forma de prevenir la gripe, la escasa concienciación sobre esta o aquella enfermedad…)?”.

Respuesta: porque de todos esos temas podíamos haber hablado hace un mes, podemos hablar hoy o podemos hacerlo dentro de un año, salvo que un estudio nuevo demuestre que X gramos de nueces al día reducen un X% el colesterol, se presente una nueva (y, en lo posible, original) campaña de prevención de la gripe o una encuesta cuantifique por primera vez la escasa concienciación sobre tal o cual enfermedad: “El X% de los españoles desconocen la existencia de…”. Para hablar de lo intemporal, están las tribunas de opinión, y esas merecen un post aparte.

Noticia es lo próximo, física o psicológicamente.

A los medios españoles se les reprocha habitualmente la diferente cobertura que otorgan a un atentado terrorista o un desastre natural en función del país en el que se produzca:

“Os preocupan más tres víctimas en Francia que 1.000 en la India”.

Un artículo de la revista Jotdown profundiza muy bien en este asunto. En resumen: inconscientemente, no solo a los medios sino a todos, nos preocupa más lo que ocurre cerca o a quienes consideramos más parecidos a nosotros por una sencilla formulación de la empatía:

“Me podía haber pasado a mí”. 

Recurriendo al ejemplo de las enfermedades raras, es precisamente el hecho de que sean raras, minoritarias, con menor posibilidad de que me pasen a mí, lo que hace que, por desgracia, quienes las padecen o les apoyan deban esforzarse mucho más para salir en los medios, a diferencia de quienes padecen o trabajan en torno a enfermedades más prevalentes y, por tanto, con más posibilidad de que nos toquen.

noticias

No olvidemos -y aquí viene otra característica de las noticias- que éstas se basan en el equilibrio entre su importancia (lo que afecta a muchas personas) y su interés (lo que activa mi atención). Ante una información, un periodista siempre se preguntará si es importante y/o interesante para sus lectores, oyentes o espectadores. Lo del “y/o” es clave. Algo puede ser muy importante -el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, por su extraordinaria repercusión social- pero no interesar a nadie (¿hay una retransmisión más aburrida?).

Por el contrario, algo puede interesar a mucha gente -las últimas andanzas de un famoso-, pero no tener la más mínima importancia. Lo ideal es que el tema en cuestión combine ambas condiciones. Una subida del IRPF importa e interesa: nos afecta a todos y yo lo siento en mi bolsillo cada final de mes. Queda para el debate si los medios deben desempeñar o no ese papel de cuarto poder que marque la agenda, decida lo que es importante y forme sobre ello a sus lectores, oyentes o espectadores con independencia de que, de primeras, no les interese.

Rafa Coloma
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