premio mercury award 2011

El año pasado, desde Cícero Comunicación, ideamos y desarrollamos una campaña de comunicación para Lilly de título “No más excusas”, que nos llevó de tournée por varias ciudades españolas tras dar el pistoletazo de salida en Madrid. El resultado de la campaña fue muy satisfactorio, y más que excusas, recibimos halagos por los buenos resultados conseguidos.

Ahora acabamos de saber que hemos sido uno de los ganadores de la 24ª edición de los premios Mercury Excellence Awards gracias a dicha campaña. La competición ha sido dura ya que se han presentado más de 750 trabajos, procedentes de 21 países, realizados por agencias que han trabajado para grandes empresas desde el sector bancario hasta alimentación, pasando por el sector automovilístico o aeronáutico. Y nosotros hemos obtenido el Silver Award en la categoría Healthcare.

La verdad es que esto de que te den un premio no sé si en el fondo es bueno o malo, porque creo que están bastante devaluados. En el imaginario, sobrevuela la idea de que los premios al final responden a criterios que no son la valía en sí del premiado (persona o trabajo) y que responden más a los contactos, a querer adular a alguien por algún motivo en concreto, o a los esfuerzos por lograr salir en una foto con una estatuilla en la mano.

No digo que estas ideas no sean, total o parcialmente, ciertas. Pero, en este caso, nosotros hemos ido con nuestra propuesta bajo el brazo, sin conocer a nadie y por el reto de medirnos en una competición internacional, con empresas de comunicación de otros países, para saber en qué lugar del ranking nos quedábamos y, por ende, saber si lo estamos hacemos bien, mal o regular. Y para nuestra sorpresa, nos han concedido un premio. Y es así como lo valoramos, el saber que nuestro esfuerzo del día a día se plasma en proyectos que están al mismo nivel que el trabajo de nuestros colegas de otros países tanto por su valor de innovación como por su ejecución y resultados. Y al final, es esta conclusión personal del premio la que más nos reconforta.

Laura Mayoral García

Cicero