Por Esteban Bravo, Director General en Cícero Comunicación
Acaba de concluir el II Congreso Virtual de Vacunas, en el que, durante su jornada inaugural, he tenido el privilegio de intervenir. “Informar: comunicar para informar, formar para educar”, era el inspirador eslogan sobre el que participábamos los ponentes de una sesión en la que se puso de manifiesto, sobre todo, que el conocimiento científico está para ser compartido.
Cuando en la sala de máquinas de esta reunión sabes que hay gente como Pilar Arrazola, Jesús de la Fuente (@delavalero), Federico Martinón (@fedemartinon) o Francisco Jiménez (@frgimsan), ante la oportunidad de subirte al barco, no te lo piensas.
Junto a otros profesionales sanitarios, lideran el reto de transferir a la sociedad la parte del conocimiento necesaria para que en la calle, la gente, las personas, entiendan que en materia de salud pública y educación sanitaria, algunos aspectos son muy poco susceptibles de discusión. Las vacunas es uno de ellos.
No me corresponde a mí hablar de evidencia científica. Tan sólo me considero autorizado para abanderar el club de fans de esos profesionales sanitarios que entienden que la salud no solo se libra desde el fonendoscopio, el diagnóstico por imagen o lo que marca el sacrosanto mapa de ruta del New England; sino que cometen el inmenso acto de generosidad de compartir su conocimiento en la consulta, en los medios, en las redes sociales, en el cuerpo a cuerpo con la gente… Que comunican.
Comunicar en vacunas. El paso de la vocación a la obligación
Tengo la sensación de que ese profesional sanitario “comunicador” se ha movido en territorios muy alejados de su día a día, por una cuestión que tenía mucho más que ver con la vocación que con otras cosas.
A fulanito le encanta salir en los medios y lo hace fenomenal; a menganita le fascinan las redes sociales, y tiene un montón de seguidores; ¡uy!, a mí se me da muy mal hablar, pero conozco a zutanito que lo hace muy bien y seguro que le apetece ir a dar esa charla al colegio de tus hijos….
Fulanito, Menganita y Zutanito, tres miembros de un solitario cuerpo de élite, que se la juega en la, para los profesionales sanitarios, desconocida trinchera de la comunicación social. Seguro que gente como @luciapediatra, @lamamapediatra, @ignsalamanca o @roipipe, entienden mi reflexión.
La buena noticia es que esto está cambiando. Cada vez es mayor el grado de concienciación que sociedades científicas, como la @AEV_Vacunas o la @aepap, o profesionales sanitarios a título individual, tienen para dar ese salto de la vocación a la obligación. Ese paso de lo hago porque me gusta o me divierte a lo hago porque es mi deber.
En ese cambio de cultura, el profesional sanitario no puede estar solo. La esfera mediática, en ese universo que constituye la multicanalidad, es hoy en día algo muy parecido a una ciudad sin ley, en la que la desinformación ocupa desafortunadamente un espacio demasiado amplio. En materia de salud y biomedicina, esto es extremadamente peligroso.
Y deberían ser todos los actores que configuran este sector, el de la sanidad, los que remasen en la misma dirección. Profesionales sanitarios, gestores y decisores políticos, industria farmacéutica innovadora… tendrían que estar alineados para establecer líneas estratégicas conjuntas y sinérgicas que definitivamente pongan en valor lo que representa un sistema sanitario como el que tenemos en España. Yo diría: ponlo tú en valor si no quieres que otros lo machaquen. Cuéntalo y cuéntalo bien.
Y en este congreso a todos esos actores les di la misma y siempre humilde recomendación: estad preparados y formados para comunicar, y hacedlo de forma auténtica y responsable . Vamos, con un PAR: Preparación, Autenticidad, Responsabilidad.
Mis felicitaciones y agradecimiento a @MSDEspana por su apuesta y compromiso con este reto.
- Comunicación en vacunas, con un par - 29 de enero de 2019