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Me gustaría utilizar esta plataforma para felicitar a la 2 de Televisión Española por los contenidos que ofrece y que una humilde periodista con ganas de aprender y ejercitar la masa gris de vez en cuando, agradece inmensamente. El último de estos contenidos, el que me ha traído hasta aquí, se emitió el pasado sábado. Fue un documental de Documentos TV: ‘La guerra de las vacunas’, y quise verlo porque trabajo en una agencia de comunicación y muy cerca de la industria farmacéutica, y siempre me despierta curiosidad ver cómo se enfoca un programa de más de media hora sobre medicamentos, sobre todo si estos han sido objeto de polémica.

El programa trataba sobre el rechazo social en Estados Unidos a la vacuna triple vírica, después de que un grupo de familias hiciera público que sus hijos padecían autismo tras recibir dicha vacuna. Declaraciones y testimonios de padres afectados, famosos apoyando la causa y en último término un estudio publicado en The Lancet, constituyen los desencadenantes, presentados por el documental, de una desconfianza generalizada entre la población estadounidense respecto a esta vacuna, y por extensión a todas las demás.

Apenas llevaba 6 o 7 minutos de documental un sentimiento de recelo se apoderó de mi, debo decir además que soy un poco hipocondríaca, y entonces empecé a temerme lo peor: “ahora va a ser una sucesión de desgracias, familias llorando, niños en hospitales, porque los testimonios a favor de las vacunas serán claramente sesgados y responderán a intereses económicos (planazo para un sábado por la noche)”.

Pero entonces, y de forma totalmente natural y progresiva, el discurso se fue armando de manera que argumentos y contra-argumentos encajaban sin dejar resquicio a preguntas sin respuesta. Hasta los propios defensores de las vacunas reconocían en algún momento que era lógico y perfectamente comprensible que los padres apelaran al principio de causa-efecto, si su hijo enferma justo después de una vacuna.

Por otro lado, también hubo momentos en los que pude pensar, o pudiera parecer, que el programa había sido perfectamente orquestado y estructurado por la industria farmacéutica para lavar su imagen, reducir el miedo y la desconfianza entre los estadounidenses hacia las vacunas, en concreto a la triple vírica, y en consecuencia ver que su cuenta de resultados no merma.

¿Por qué? Pues porque los autores entrevistaron a una decena de especialistas que aportaban datos de estudios, mientras que del otro lado hablaron con un par de padres afectados que lideran lobbies de presión y movimientos anti-vacunas, junto a un Jim Carrey con cara de sus películas, una madre famosa de la que destacan que fue modelo de la revista “Play-Boy”, y un investigador venido a menos y desprestigiado tras demostrar que su estudio publicado en The Lancet fue un fraude.

Sin embargo, y como decía un poco más arriba, los argumentos y contra-argumentos terminaban en conclusiones de sentido común, por desgracia el menos común de los sentidos, y quedaba al descubierto la inconsistencia científica de los testimonios de los grupos anti-vacunas, frente a las evidencias que proclaman las ventajas de las vacunas, su necesidad y el avance que éstas han supuesto para el desarrollo de la salud pública en el mundo.

En cualquier caso, ésta es mi opinión y, por qué no y por mi profesión, puede estar sesgada. Por eso os dejo los enlaces para que lo podáis ver y opinar.

Elena Capel

Enlaces al documental:

Parte 1/4 (9’ 59”): http://www.youtube.com/watch?v=NnvmFlafnkI
Parte 2/4 (9’ 59”):http://www.youtube.com/watch?v=SKPWoX9WQTQ
Parte 3/4 (6’ 01”): http://www.youtube.com/watch?v=RUx6k8ghz78
Parte 4/4 (7’ 29”): http://www.youtube.com/watch?v=VjQQ15tUIEc

Cicero