microbloggingPerdón por el titular tan farragoso de este post, vaya por delante, y por llegar un pelín tarde al universo de Kevin Kruse, gurú en la búsqueda y análisis de nuevos modelos de comunicación y escucha en el ecosistema sanitario y biomédico.

A rebufo de nuestros amigos de synaptica, http://www.synaptica.es/noticia/twitter-para-e-pacientes-el-futuro-ya-esta-aqui quedamos fascinados por el trabajo de Kruse y por su empeño en dotar de relevancia a ese paciente de extraña denominación, e-paciente, creo, pero sobre el que puede vertebrarse en un futuro no muy lejano gran parte de los sistemas sanitarios de muchos países. En este trabajo también subyace la admiración del autor por la valentía de algunas empresas, básicamente compañías farmacéuticas, que pelean ya por crearse una identidad propia a través de las herramientas que ofrece el mundo del microblogging; eso sí, y ya lo digo yo para que nadie se moleste, en EEUU estas cosas siempre son mucho más fáciles.

Pero, ¿cuál es la verdadera utilidad de estas nuevas formas de “escucharnos”?. Yo, hombre de letras puras y, por tanto, con mi hemisferio cerebral izquierdo más bien poco desarrollado, no acabo de entender del todo el interés de tweets del tipo, «hola, soy Esteban y me estoy zampando un bocata de chope cojonudo»,  tipología de tweet del que, por otra parte, está plagado este universo. Tengo seis, seis mil o sesenta mil seguidores que se han enterado que me he comido un bocadillo de chope, pues que me aproveche.

Y qué hay de la parte más profesional. En el ámbito de la política tenemos un reciente ejemplo en las elecciones presidenciales colombianas que también me hace dudar. Dos candidatos favoritos, Santos y Mockus. Las encuestas previas dicen que todo está muy igualado. Esa igualdad  Mockus, que llega remontando, la consigue en base a su buena estrategia en las redes sociales, 800.000 seguidores en Facebook y Twitter frente a los escasos 100.000 de Santos. La realidad, Santos arrasa en la primera vuelta con el 46% de los votos, frente al 21%  que consigue Mockus. «Cagada de redes sociales», pienso yo y pensará Mokus que, por cierto, es matemático y debe tener su hemisferio cerebral izquierdo completamente hipertrofiado; envidia la mía.

Pero quiero escapar de mis zonas de confort y volver a lo mío, lo nuestro, que es comerme el tarro para reinventar un nuevo modelo de negocio que nos siga permitiendo a unos cuantos, en realidad a muchos, poder seguir viviendo dignamente de lo que contamos, facilitamos que cuenten y, ahora, de poner la oreja, de escuchar. Y creo que en este escenario tenemos que mojarnos y apostar por las nuevas herramientas, aunque esto, hoy por hoy, sea algo más de fe que de evidencias porque es posible que si esperamos a las evidencias, lleguemos tarde.

Primer paso, pensemos y reflexionemos sobre ello, sólo pensemos. Convertirnos en elefantes y ver cacharros en vez de baldosas lo dejaremos para más adelante. Kevin Kruse  nos ayuda  a reflexionar a través de su Guía para Compañías Farmacéuticas, Hospitales, Organismos Públicos de Salud y otras entidades para la comunicación con e-pacientes, analizando casuisticas reales de compañías como Novo Nordisk, Johnson&Johnson, Pfizer, Boehringer-Ingelheim, o instituciones como la Agencia Norteamericana de Salud Pública (APHA) o los centros de control de enfermedades de EE.UU.

Os podéis descargar el documento original de Kevin Kruse en inglés y un amplio resumen en castellano, que desde Cícero hemos traducido para todos los que nos seguís desde nuestra bitácora.

Amig@s, gracias por estar aquí y cuando queráis lo comentamos.

Esteban Bravo

Cicero