corazon solidario

Tras más de cuatro días perdidos por las zonas más inhóspitas de Bolivia, la expedición del Primer Desafío Solidario Cícero ha llegado a Sucre.

Han sido unos días duros en los que nuestros 4 aventureros han recorrido 500 kilómetros sin ver el asfalto. Desde que partieran de Santa Cruz de la Sierra hace 4 jornadas, han pedaleado por sendas y pistas de tierra por zonas de montaña duras y con unos releves que han puesto a prueba las mountain bikes y la resistencia física de los 4 ciclistas. Al fin, ayer por la tarde lograron pisar una carretera de asfalto entre Tarabuco y Sucre que hizo más liviano el tramo final de la jornada pasada. Según nos ha relatado Esteban por teléfono, llevan hechos 500 kilómetros en los que han cruzado por Santa Cruz de la Sierra, Samaipata, Cucara, la Ruta del Ché, La Higuera (localidad donde murió el Ché), Villa Serrano, Tarabuco y Sucre. “Por el momento hemos pedaleado a una altitud máxima de 2.700 metros y con el jeep que nos da cobertura hemos alcanzado los 3.200 metros en Tarabuco. Hemos pasado tramos de 200 kilómetros en los que no hemos visto ni un alma por las carreteras y sendas y en los que las bicis han sufrido mucho. Aunque estamos teniendo mucha suerte porque por el momento no hemos tenido problemas. Sólo hemos roto una cadena”, narra Esteban. Además según nos cuentan van acompañados de un ángel de la guarda.”Melquíades, el conductor del pick up que nos acompaña siempre a nuestra espalda, que ha demostrado su gran habilidad al volante ya que hemos atravesado partes del camino en las que pensábamos que el coche se partía en dos”, continua.

Por lo que cuentan están siendo días de mucha exigencia física, paisajes indescriptibles, caminos intransitables y experiencias inolvidables como las noches en la que han dormido en pequeñas comunidades en las que sus habitantes sólo hablan quéchua.

El pasado miércoles 24 de marzo los integrantes del Desafío visitaron a los 150 niños con cáncer que se tratan en el Instituto Oncológico del Oriente Boliviano de Santa Cruz de la Sierra. Fue una visita entrañable llena de emociones en la que el equipo hizo entrega a los responsables de AFANIC Bolivia y los niños de la bandera con los nombres de todos los corazones solidarios que han colaborado con el Desafío.

Ahora toca prepararse para dirigir las bicis hacia Potosí. La carretera de la Muerte espera. Aunque antes, la expedición hará una parada en el cráter del volcán Tahua a 5.300 metros, en donde nuestros chicos pasarán una noche “vivaqueando” al raso.

¡Os seguiremos contando cómo va nuestra aventura solidaria!…

Cicero